Todos los killis del género Nothobranchius habitan en África. Las diferentes especies de Nothobranchius y sus biotopos tan dispares, en donde se hallan cada una de ellas, hacen que, para los empedernidos killífilos del mundo, su mantenimiento, reproducción y crianza, sea un desafío constante.
Hoy nos remitiremos a una especie que para mí en particular, y para varios killífilos en el mundo, es una de las más llamativas e interesantes debido a su temperamento, colorido y su largo período de incubación.
El Nothobranchius rachovii “Beira 98” vive en Mozambique y zonas costeras y su distribución es desde Beira, una población al margen del Océano Índico, desde donde provienen los ejemplares para su posterior descripción. Es un killi de corta vida, pero, en condiciones adecuadas, se muestra cómodo preferentemente con un acuario acondicionado con plantas naturales donde pueda refugiarse y desplegar todo su esplendor. Cada pareja necesitará un acuario de aproximadamente 20 litros de capacidad, con un sustrato de puesta de preferencia, turba o fibra de coco.
Orden: Cyprinodontiformes
Familia: Aplocheilidae
Nombre original: Nothobranchius rachovii
Autor: Ahl 1926
Lugar: Beira, Mozambique,19*50 S, 34*52 E
Tipo: ZMB31417
Los primeros inconvenientes que pueden llegar a presentarse a los aficionados a los killis para su mantenimiento y posterior reproducción en cautiverio es ofrecerle a esta especie, tanto como a cualquier otra, las condiciones similares a su medio natural.
Teniendo en cuenta que en un período de 6 a 8 meses, nacen, se reproducen y mueren, por lo tanto deberemos conocer el ciclo biológico de este género y especie en sus biotopos naturales, para obtener el éxito esperado.
Cuando se produce la recolección en sus charcos, son importantes las mediciones del agua de los mismos respecto a dureza, temperatura, ph, salinidad y conductividad, los cuales son muy variables. Los datos obtenidos no son concretos, dado que no podemos abarcar todo el ciclo de vida de esta especie en su biotopo natural.
Durante todo el período de vida de estos ejemplares, los parámetros originales al momento de su nacimiento, sufren grandes cambios.
La temperatura requerida en especial para este Nothobranchius se estima en 24 a 30 grados centígrados.
Los cambios bruscos de temperatura o cualquiera de sus parámetros, ocasionará un sinfín de enfermedades como, por ejemplo, Oodinium, que ataca con preferencia a los Nothobranchius, ya que su sistema inmunológico es muy bajo para esta enfermedad.
Particularmente reparto en el fondo del acuario, turba, previamente hervida durante 2 horas para quitar el exceso de tanino que contiene. Posteriormente, lavo bajo un chorro de agua corriente. Intento que la superficie de fondo del acuario quede cubierta con un espesor de aproximadamente 2 cm de turba.
En esta especie anual no es muy importante la profundidad del sustrato, puesto que tiene una forma diferente de desovar respecto a los anuales sudamericanos como por ejemplo Austrolebias, Megalebias, y otros.
El Nothobranchius rachovii “Beira 98” desova en la superficie del sustrato, efectuando el macho un brusco coletazo para enterrar los huevos en la turba. A diferencia de otros anuales que tienen que hacer un hueco con sus aletas pectorales y cabeza para introducir los huevos en el sustrato.
Hay diferentes métodos de colocar el medio de puesta. Algunos criadores muy puntillosos en el mundo de la killifilia, prefieren colocar un pequeño pote o vasija dentro del acuario, y en él, una pequeña porción de turba para no mezclar las mismas con las heces y alimentos.
Este método tiene la dificultad de que los ejemplares , deberán aprender a entrar y salir del pote, pero no les llevará mucho tiempo su aprendizaje.
He observado que algunos de los machos que he criado, han esperado horas que la hembra se introduzca en el pote para el posterior desove.
La turba se colecta aproximadamente cada 8/10 días. De esta manera se evita la polución y posterior enfermedad y muerte de los ejemplares.
Una vez recolectados los huevos, embolsamos y rotulamos indicando género, especie, localización, día, mes y año de recolección. Asimismo podemos indicar su filiación y cantidad estimada de huevos, así como fecha indicativa de nacimiento. Esta última dependerá de la época del año y temperatura de la zona donde esté ubicado el criador.
A término para la eclosión, miraremos el huevo con una lupa. Si el mismo nos muestra un aro dorado alrededor del ojo, es indicativo de que está listo para su nacimiento.
Colocaremos entonces la turba en un pote o cubo con 2 cm de agua declorada Y, entre los 7 minutos a 24 horas, tendremos a nuestros alevines nadando, a los que alimentaremos con microorganismos y nauplios de Artemia salina.
Nunca eclosionarán todos los huevos de una misma turba en el mismo período de incubación.
Siempre hay huevos que se encuentran transcurriendo alguno de los tres períodos de diapausa.
Es conveniente, luego del nacimiento de los alevines, desecar la turba, indicando en su rótulo, que se trata de un resecado.
La nutrición de nuestros ejemplares no difiere en absoluto con la humana. Tanto los nutrientes vegetales como animales deberán estar presentes en una buena alimentación. Es por ello que hago hincapié en la importancia de la variación alimenticia proteica, hidratos de carbono y grasas. Los killis en particular se alimentan en su ambiente natural, con alimentos vivos. Esto implica que deberemos organizar una dieta especial en base a fibras, proteínas y contenido en agua.
Les otorgaremos en sus comienzos nauplios de Artemia salina recién eclosionada por el término de 2 a 3 semanas, luego pasarán a una dieta compuesta por pulgas de agua. Es importante el alimento vivo, pues favorecerá en un futuro inmediato la prolífera reproducción.
Ya adulto se alimentará de Artemia adulta, larvas de mosquito y Tubifex. Este último trato de evitarlo ya que es transmisor de varios componentes patógenos para los peces y humanos. Tengo conocimiento de criadores que han alimentado exclusivamente con tubifex a sus ejemplares, sufriendo los mismos de distintas formas de parasitosis.
Cuando el objetivo está cumplido y tenemos ya suficientes huevos como para intentar mantener la especie y al ejemplar se le cumplió su ciclo reproductivo, aconsejo ofrecerles una calidad de vida acorde a nuestras posibilidades ya que nos dió lo mejor de él.
Es importante tener disponible un acuario comunitario de killis con muchas plantas naturales y escondites para que, llegado el momento de la tercera edad, dispongan de un lugar acogedor y desestresante donde vivir su vejez.
La vida del Nothobranchius es corta, de esta manera le otorgaremos una vida más larga y saludable ,y así seguirán ofreciéndonos su inigualable belleza.