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Grillos

Existen varias especies de grillos que pueden ser criados con relativa facilidad en cautiverio. De todos ellos, el más común en ciertos lugares, Ancheta doméstica, es también el más recomendable por su resistencia, adaptación y fertilidad.

No es un alimento para peces, salvo aquellos de gran tamaño poco aptos para acuarios. Sin embargo es un alimentos muy necesario para ciertos anfibios y reptiles. Su cultivo no ofrece dificultades si disponemos del lugar adecuado. Debe recordarse que los grillos cantan fuerte y tienen hábitos excavadores, por lo que será inevitable el ruido y un suelo con innumerables perforaciones. El riesgo de que escapen estará siempre presente por lo que no es para nada recomendable criarlos en departamentos o habitaciones interiores.

La diferenciación sexual es evidente ya que vistos en su extremo posterior, los machos (izquierda) muestran los apéndices lisos mientras que la hembra muestra el del medio aserrado (ver imagen). Se trata del tubo ovopositor.

La reproducción puede realizarse en un recipiente simple, tal vez un acuario de dimensiones generosas. Si lo que se va a desarrollar es una cría pensando en cantidades importantes, habrá que pensar en construir con material de albañilería estanques de buen tamaño y altura no menor a 50 cm., los que serán cerrados con tejidos finos de malla metálica, de modo que no sólo se impida la salida de los grillos sino también para evitar el ingreso de otros insectos indeseables.

A todos los efectos siempre es recomendable tener más de un recipiente para criarlos.

A fines de alimentar uno o dos reptiles, será suficiente contar con dos recipientes de 120 litros (100 cm de largo por 30 cm de altura y 40 cm de profundidad) o tamaño aproximado. Pueden utilizarse acuarios de vidrio, estanques de fibra de vidrio o plástico, etc. Cualquier recipiente que permita ser limpiado será adecuado. La madera si bien puede servir, tiene dificultades para la limpieza. Eso se resolvería con unas buenas capa de pintura epoxi. Si se construyen recipientes totalmente de vidrio, deberán oscurecerse los vidrios de modo que la luz no los atraviese horizontalmente: algo similar a lo que deberíamos hacer con nuestros acuarios.

El grillo es cantor por naturaleza. Ese canto forma parte de su cortejo y es una forma de llamar a las hembras. Por eso el grillo que está aislado y solitario canta más que aquel que se encuentra acompañado por hembras. Si bien esto permitirá saber que tenemos algunos grillos en las proximidades, resultará muy difícil cazarlos para iniciar nuestro cultivo. Por lo tanto lo más recomendable es comprar un lote a quienes los expenden en comercios especializados o criaderos y sembrar con ellos nuestro recipiente de cría.

Si bien los grillos domésticos son bastante resistentes a las bajas temperaturas, para que reproduzcan deben vivir a temperaturas superiores a los 20º C. Mientras algunos autores mencionan que lo óptimo es 28º C, otros sostienen que lo ideal es 25º C. Seguramente las diferentes opiniones se refieren a diferentes especies. Como sea, la temperatura no puede ser inferior a 20º C ni superior a 32º C para ninguna de las especies.

Para lograr la temperatura dentro del recipiente se puede recurrir a una roca de calefacción para reptiles, a una bombilla eléctrica ubicada dentro de una lata con arena y hasta a una estufa eléctrica de potencia adecuada al lugar donde se está criando. En el caso de criarlos en escala comercial, deberá calefaccionarse el ambiente.

Si bien debemos evitar en lo posible que la luz atraviese horizontalmente el recipiente, es necesario que los grillos reciban luz cenital durante el día. Por ese motivo si se los cultiva en un ambiente diseñado especialmente para ello, el techo deberá ser translúcido. Si en cambio lo hacemos para consumo propio, podremos ubicar el recipiente de cría debajo de una ventana. Si esto no fuera posible, habrá que iluminar artificialmente con un tubo fluorescente de poca potencia y de ser posible con aquellos conocidos como "serie 900" que emiten una radicación luminosa muy próxima a la luz solar.

De todos modos, poco y nada se podrán ver los grillos durante el día ya que ellos viven enterrados. Por esa razón deberán disponerse diferentes refugios para que utilicen durante el día. Lo más recomendable es cortar un caño de luz de media pulgada en rodajas de 5 cm, las cuales serán el refugio de los grillos. Se deben distribuir por todo el recipiente de manera que el territorio se encuentre repartido y se eviten disputas. Los grillos son territoriales y todo lo que se haga para evitar luchas por el espacio, redundará en beneficio del cultivo. Por eso mismo será bueno disponer de ladrillos huecos, cascotes de 5 cm y bollos de papel en torno a los "territorios". Al mismo tiempo esos elementos se mantendrán húmedos (se sumergen en agua y se los escurre un poco antes de introducirlos) para conservar la humedad ambiente

El agua para consumo de los grillos podrá disponerse en diversos lugares del recipiente de cría. Puede disponerse en bebederos o en trozos de esponja plástica embebidas en agua. En este último caso se corre el riesgo que las hembras las utilicen como sustrato para depositarlos huevos.

SUSTRATO DE PUESTA.

El sustrato debe ser húmedo. Puede resultar interesante cubrir la periferia del recipiente de cría con una capa de 5 cm de arena esterilizada en un horno a más de 100º C o en el microondas. En diferentes lugares se entierran cajas plásticas de 5 cm de altura con una capa de 2-3 cm de esponja y cubiertos hasta el borde con arcilla o tierra arcillosa esterilizada en el horno, mezclada en partes iguales con arena esterilizada.

Para mantener la humedad, cada tanto se introducirá en uno de los rincones un gotero o pipeta en el sustrato y se humedecerá la esponja. Una vez al mes se cambian los ponederos o los sustratos de puesta.

Las hembras pueden depositar alrededor de 30 huevos. Son de color blanquecino y de forma ovalada. Como puede ocurrir que se los coman, lo mejor será retirarlos e incubarlos por separado, en un recipiente aislado, aunque bien puede ser dentro del mismo criadero en un sector separado por un vidrio. Dos semanas después los huevos habrán finalizado su proceso de incubación, dando lugar al nacimiento de los pequeños grillos.

Hasta llegar al estado adulto, se producirán entre 6 y 8 mudas, tardando alrededor de 50 días en completar su crecimiento.

COMEDEROS

Con recipientes plásticos de 5 cm de altura construiremos los comederos. Pueden utilizarse botellas plásticas de agua mineral, en particular las que tienen un formato cuadrado. Estas botellas se cortan longitudinalmente y se disponen de modo que con montículos de arena o rampas de madera los grillos puedan entrar y salir de ellas sin dificultades.

La alimentación puede ser muy variada y a tal efecto se utilizan alimentos disponibles en cualquier hogar: lechuga, zanahoria, frutas, harina integral, pan integral, si se dispone de él, también puede suministrarse alimento balanceado para conejos. Hierbas frescas, como tréboles y otras pasturas, serán bien aceptadas cada tanto. Debemos evitar toda hierba sospechada de haber sido rociada con fertilizantes o pesticidas.

Al faltarles proteínas en su dieta, pueden darse casos de canibalismo, en particular contra los ejemplares que acaban de mudar. Debemos tener presente este detalle para que no le falten alimentos ricos en proteínas. También para poder aislar a los jóvenes que mudan hasta que su tegumento tome color y endurezca lo suficiente.

PRECAUCIONES GENERALES.

Disponer de varios frascos de dos litros en los cuales se puedan aislar los ejemplares jóvenes tras las mudas. Un poco de arena y una esponja humedecida colocada en un rincón serán suficientes para acondicionar este recipiente de "cuarentena". Si se cuenta con espacio adecuado, se trasladan los frascos a otro lugar. De lo contrario, se los tapa con una malla y se los ubica dentro del mismo criadero.

Una vez nacidas las crías, podremos librarlas dentro del mismo criadero en un sector separado por un vidrio o una división hecha con un marco de madera y una malla que impida el paso de los grillos pero permita circular el aire y la calefacción. Sin embargo sería mejor disponer de otro recipiente para ingresar a los jóvenes, más vulnerables a los ataques de sus congéneres de mayor tamaño. Una vez que tengan el tamaño adecuado se los trasladará junto a los más grandes.

Es importante en el recipiente de cría una buena circulación del aire a fin de evitar la formación de hongos. También debe tenerse en cuenta que los grillos requieren una humedad ambiente cercana al 70% y si bien una buena ventilación permitirá un ambiente sano, tampoco puede mantenerse seco.

La limpieza diaria de los comederos será indispensable. La formación de hongos y toxinas por acción bacteriana suelen ser causales de enfermedades que pueden diezmar un cultivo en pocos días.

Al renovarse la comida se lavará el comedero con agua de red o agua a la que se agregan una o dos gotas de cloro por litro de agua. Luego se enjuaga cuidadosamente, se seca y se le provee la nueva dosis de alimento.

La limpieza del criadero puede ser parcial o total. Cuando sea necesaria una limpieza total se trasladarán los grillos a otro recipiente procediéndose a limpiar profundamente el que estaba en uso antes de ponerlo nuevamente en funcionamiento.

La cantidad de grillos a colocar puede oscilar en 700 por metro cuadrado. Puede intentarse con una cantidad mayor pero se corren riesgos de superpoblación. De todos modos en esos casos será conveniente disponer de espacios más altos y contar con ramas y troncos para que trepen los grillos.

Otras especies menos recomendables para reproducir en cautiverio son: Gryllus assimilis y Gryllus bimaculatus, menos resistentes y más agresivos entre machos.

Autor: Roberto Petracini

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